domingo, 26 de julio de 2009

CONSAGRACION DEL MUNDO Y SECULARIZACION: CONCEPTOS ANTITÉTICOS


Ante todo, para dejar claros los principios, es necesario reconocer, con alegría y veneración, que la misión propia de la Sagrada Jerarquía es incomparablemente superior a la del laico.

Nada nos impide considerar, sin embargo, la grandeza de la misión que la Iglesia señala a los laicos, desde los tiempos apostólicos.

La naturaleza de esta misión fue siendo explicada con mayor claridad en el siglo XX, especialmente bajo los Pontificados de Pío XI y Pío XII.

En la alocución del 5 de octubre de 1957, para el II Congreso Mundial del Apostolado Laico, Pío XII afirmaba: "Las relaciones entre la Iglesia y el mundo exigen la intervención de los apóstoles laicos. La consecratio mundi es, esencialmente, obra de los propios laicos." ("Discorsi e radiomessaggi", vol. XIX, pg. 459).

La magnifica expresión consecratio mundi (sacralización del mundo) se opone a la secularización del mundo, término utilizado con frecuencia en documentos de la Santa Sede para designar la laicización del mundo moderno. El secularismo puede ser definido como el exilio de Dios, el exilio de lo sagrado, sea de la vida individual, sea de la vida familiar, social o política.

Podemos decir que, en oposición al secularismo, la sacralización del mundo consiste en impregnar la esfera temporal con los principios del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, tarea esencialmente de los laicos católicos, de acuerdo con las enseñanzas del Papa Pío XII.
(http://www.cruzadadelrosario.org.ar/revista/0305/laicos.htm)

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